LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

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Canciones de Combate

miércoles, 9 de marzo de 2011

LOS SUEÑOS NO MUEREN EN PRISION


Presaspolíticas Buen Pastor Bogotá Colombia

Voy a tomar el aire de los muertos que me cubren

voy a evadir las ráfagas a viento

voy a llorar muy hondo mis derrotas

voy a saborear el café amargo que es la vida

voy a tenderme complacido

en los humeadle de las sangres y las flores.

¿Qué quien soy yo? ¿Cómo me llamo?

¿Que si estoy viva… herida?

¿O acaso, me han matado?

¿ Que quienes son los míos? ¿… mis compañeros?

¿Los que conmigo se deslizan en las sombras de lo oculto?

Soy toda hecha de silencios y lealtades

Piedra dura y muda

cimiento de las edificaciones del futuro.

¿Qué quien soy yo? ¿Como me llamo?

vuelve y juego en la apuesta de la vida soy la mujer de los mil nombres clandestinos

la que se atrevió a tropezar

en las trochas de la vida

quizás queriendo apurar los pasos de la historia.

Soy la mujer en sus manos temblorosas

las armas de los justos

la que se ardió como semilla

al agua, al sol, al viento

y en lsa heladas noches del infortunio

tras emboscadas

y abrió su cuerpo, su corazón, su ternura

para conjurar la tragedia de la guerra.

Soy la mujer que cargo

sobre sus hombros y su espalda

la agonía y los sufrimientos

de su pueblo.

La que hundió sus firmes pasos en la tierra

para probarla de rebeliones y esperanzas.

Soy la mujer que se arrastro como serpiente

y no dudo en cubrir su piel en barro

para sorprender las fortalezas enemigas.

La que sobrevivió y burlo

Las infernales hogueras del terror

La que se levanto de las cenizas

la que tuvo que dejar sus brazos y sus piernas

abandonadas y esparcidas

en medio del campo de batalla

la que no sabe ahora como hallarse

entre su nuevo cuerpo mutilado…

la que permaneció los tiempos necesarios

para fortalecerse de fracasos y derrotas.

Soy la mujer que se debate entre las dudas

de a que fuera

ofrenda y resultado de su vida.

La que lo dio todo sin quedarse nada,

la que se pasa entre la reja y la ventana

a contemplar el horizonte del futuro,

la que ve nubes grises

de pasar lento,

tan lento como la interminable

agonía de su pueblo y de sus días.

Soy la mujer que hoy habita

la prisión de la infamia

la que siempre supo

que hay un “otro mundo”

de felicidad, de paz y abundancia.

II

¿Qué quién soy? ¿Cómo me llamo?

Soy el puro “hueso seco” y el “aliento de la vida”.

Soy la mujer agotada y consumida

En la explotación y el trabajo.

Soy la mujer que se sentaba cada dia

A la mesa del hombre

Para no doblegarse a recoger

La indignidad de las migajas

La que se trajo y lleno de lagrimas

Ante la escasa comida para sus hijos.

La que se atrevió a desafiar en su abundancia

a las tiendas del consumo

La que se violento al solo poder.

Acariciar entre sus manos

La humilde panela con la que

Quizás soñaba endulzar la vida

Diaria panela necesaria

Que hubo de dejar allí

Adornando el altar de la opulencia

Por no poder disminuir

Se paga miserable;

Soy la que huyo de allí

A la vez: vacía y llena

De iras y rabias contenidas.

Soy la mujer que busco y rebuscó

Entre las basuras

La que sufre y se arrastra

En su miseria y su indigencia

Por las calles.

¿Qué puede ser otra y no la mujer que soy?

¿Acaso el hambre no ha carcomido mis entrañas?

¿Qué nuevamente,

Me han tirado la puerta en las narices?

¿Acaso no se habían cerrado

Ya mucho antes…

Desde siempre,

Todas las puertas a la vida?

¿Acaso no era esta

Estación probable

En la apuesta por la vida?

III

¿Qué quien soy ahora?

soy la mujer que ya no extraña tu presencia

la que se abraza a las dulces horas de la noche

porque solamente en ese

efímero instante,

se olvida que está presa.

Soy la mujer de la melancolía infinita,

la que aun se sobresalta

al escuchar el tronar de los cerrojos.

La que se despierta en madrugada

sola para acariciar su incertidumbre,

soy la que mato al olvido,

la soledad,

la indiferencia,

los recuerdos,

para quedarme en el silencio

y escuchar solo

la voz de mi conciencia

IV

soy la mujer de las heridas

que no sanan

la que se revolvió en la sangre

de sus muertos

la que se paró al borde de la fusa

y tomó entre muchos

los huesos de los suyos.

La que amo y lloro

en su orfandad,

a los hijos de los justos.

la que no olvida, ni perdona

la que no vende

ni acepta precio

al dolor de sus entrañas

¿Acaso es mercancía?

Soy la mujer para quien siempre fue un deber

no dejar morir

los sueños de sus muertos

V

Soy la mujer de la mirada llameante

la que en la apuesta por la vida

ha sido confinada,

a la sepultura de los vivos.

la que arrastra lastimosos pasos

sobre baldosas carcomidas de abandono

la que sueña

volver con paso firme

por las estrechas trochas de la vida

Soy la mujer que escupe fuego

a la ciudad de la ignominia,

la que se arde y quema en iras,

la que aun se retuerce

en las cenizas de sus sueños.

La que hoy te dice:

Compañera, Camarada:

No te abandones a la desesperanza.

Retoma el fuerte aliento de la vida

Eleva el fuego de la antorcha,

que es tu cuerpo.

cuerpo probado en la tortura,

en los fracasos y derrotas

y en las extenuantes

jornadas de lucha

Guía el camino al socialismo

y derrámanos con tu fertilidad política.

Han querido anticiparnos la muerte

pero el nuestro es compromiso consecuente.

Resérvanos un lugar

allende los muros que hoy nos contienen

Hombro a hombre lidiaremos

en las contiendas que devienen.

De las Prisioneras Políticas,

en voz de aliento a las mujeres

que todavía sueñan y luchan

por un mundo mejor

Reclusión de Mujeres de Bogotá

Buen Pastor, Marzo 8 de 2011

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