LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

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Canciones de Combate

miércoles, 23 de febrero de 2011

A los militares y policías colombianos, un panfleto para la vida: “Tal vez este delirando”


Escrito Por: Jaime A. Moreno
Alguien que comprende el conflicto colombiano desde la ciencia política quiere reflexionar con ustedes, sobre ustedes, nosotros y los otros: sus enemigos, o los enemigos que otros pretendan que sean sus enemigos, o por los cuales ustedes creen se deben como militares, tal vez sin enemigos ustedes no se sentirían militares, o algo les faltaría, pareciera que el militar sin ocupación (odio) no es militar. A veces me pregunto:¿Como premiarían la fidelidad, lealtad, pericia, decisión y merecimientos de ascenso sin enemigos? ¿Les cabría alguna idea en ese sentido? Entonces, que raro que los enemigos se conviertan en el bien más preciado para que ustedes se sientan como tales, y que por sus cadáveres reciban las condecoraciones e incentivos económicos de rigor, ¿verdad? ¡Premios por muertos que nunca conocieron!

¿Acaso las condecoraciones no están medidas en valor y arrojo en cuanto a su único producto medible en cantidad, calidad y daño colateral causado al “enemigo”?, seguramente todas esa medallitas diplomas y anotaciones a sus hojas de vida están saturadas de actos del “servicio”, o lo que Ustedes llaman bajas. Es evidente que el símbolo mas importante que se premia es el producto político de la acción armada, llámese legitimo combate o “falso positivo”, con tales bajas o crímenes intentan mostrar a la población que los guerrilleros están en desbandada, por eso tiene valor “político” mediático, sumados a la magnitud de los daños psicológicos generados a la población del entorno de sus enemigos y sus familias, para producir escarmiento encaminado a doblegar su moral.

Claro, estos crímenes producen sufrimiento e intenso dolor por el ser querido ido, y mucho más, generan: Desolación, miedo, terror, pánico, estupor, rabia, pavor, congoja, hilaridad, lagrimas, tristeza, melancolía, sufrimiento, angustia, despecho, odio, desapego, incredulidad, rencor, ira, locura, deseo de venganza y sobre todo estoicismo, que es lo mismo que llevar una bomba en el cuerpo a punto de estallar.
Naturalmente a ustedes también les sucede de la misma manera con sus compañeros de armas caídos, porque esos sentimiento son humanos, profundamente humanos; es lógico que quienes se benefician de esas apetecidas o malditas condecoraciones, no son propiamente quienes las recibe, ¿se han puesto a pensar en ello?, ellas son y serán los grilletes y cadenas que los llevaran inexorablemente a la tumba en esta guerra sucia e injusta contra este sufrido pueblo, trabajador, solidario y hermoso pueblo colombiano.

Cada condecoración no es más que el alimento al ego a un macho machote, para que continúe cumpliéndoles, y se sienta permanentemente un Rambo.

Si, se fue un héroe, escriben sus patrocinadores mientras pasa el sepelio de uno de sus hombres y nadie mas los recordara. Su vida solo alcanzo para un flash en los medios masivos de encubrimiento: “Murió un héroe defendiendo a la patria de sus enemigos.”, escriben los prepagos en los comentarios de Caracol, El tiempo, El Espectador, el colombiano, RCN al dar la noticia.

Imagínense ustedes en un país sin enemigos, es decir con democracia, ¿qué podrían ser Ustedes, cual seria su ocupación si no hay enemigo interno, brillar sus uniformes, sus flecos y charreteras o aceitar sus armas y esperar sus ascensos por la cantidad de lustre de sus símbolos y uniformes?

El nudo a desentrañar es un poco mas complejo puesto que tiene que ver con lo que se le enseña a la tropa, desde el general hasta el soldado de mas bajo nivel, que al mundo hay que verlo y sentirlo en blanco y negro, contrario a la naturaleza y a la sociedad en donde todo es multicolor y contradictorio; o que entre los hombres solo hay buenos y malos, amigos enemigos, creyentes y ateos, o libres y comunistas; estos pares obviamente no son una antinomia en el mundo real, pero en el mundo del imaginario militar institucional es la piedra angular, única verdad inyectada, es la dosis que se aplica diariamente para que afecte los sentidos y estos dejen de tener sentido.

Recordemos el patético episodio cuando las fuerzas militares en 1985 incendiaban el palacio de justicia, calcinando sobre seguro a todos los seres humanos que yacían dentro, El coronel Plazas Vega, hoy condenado en una ficticia mazmorra por asesino, decía a coro con sus superiores o mandos: ”estamos salvando la democracia maestro”, asesinar la vida para salvar valores inferiores a la vida ¿ven el sentido del sinsentido?, me temo que no, porque el arte de poner todo al revés radica en darle algún sentido al sinsentido para que pare la reflexión y a ustedes muy poco les gusta la reflexión.

¿Ahora por qué tanto odio junto contra unos descamisados, unos marginales, contra unos desadaptados, contra unos terroristas aislados y sin apoyo, contra unos bandidos, como el establecimiento los llama; como es que se le dedica todo un gigantesco aparato militar, con miles de hombres tan bien apertrechados y especializados en la guerra que consume impunemente 25 millones de dólares, 40,000,000,000 cuarenta mil millones de pesos diarios, que tanto necesitamos para construir la misma paz que ustedes dicen buscar pero sembrada con miles de cadáveres de NN, mientras ruinmente los obligan a repetir que no hay guerra en este país, acaso Ustedes no conversan sobre esa esquizofrénica postura, donde también ponen muertos todos los días? Si mi general, a la orden mi mayor, a donde hay que morir mi capitán.

Obvio que se les utiliza, que Ustedes son el burladero mas bajo de la cadena, que perdieron el derecho a decir aquí pasa algo raro, matamos y matamos y siempre hay muchos a quien matar, ¿por qué se reproducen como conejos? Mientras los que se benefician de todos los muertos, silencian el conflicto y nos enseñan su democracia.
Una guerra que no se hace pública nunca se parará. Ustedes lo deben intuir, ¿verdad? Es patético, cuando habla un militar queda la sensación de que no habla una persona por si misma, un ser humano, siempre repiten la misma cantaleta en un lenguaje pobre, ordinario, sin lógica, tan precario que produce grima y vergüenza a los ojos de quienes han leído un poquito; hablan como una grabadora que repite un casete infinito sin sentido.
Presumo que los militares no escriben poesía, seguramente como son macho machotes la verán algo así como afeminada, las cosas del alma nada tienen que ver con la fuerza, dirán, seguramente la poesía que escribirán los díscolos debe ser subversiva, compartimentada, o tal vez liberticida. Me gustaría conocer la iniciativa poética de las fuerzas militares y de policía colombiana; después de Bolívar, no se sabe nada

No será que este pueblo esta perdiendo el miedo, porque lo ha perdido todo, siendo vejado tantas veces por las carencias e infortunios de todo tipo que ha soportado, solo quedara una brizna de vida para arriesgar, que mas da.
Ojala leyeran una bella novela, Las uvas de la ira, de John Steinbeck, de 1936, en plena depresión y recesión americana decía:

«¿Cómo se puede asustar a un hombre que carga con el hambre de los vientres estragados de sus hijos además de la que siente en su propio estómago acalambrado? No se le puede atemorizar, porque este hombre ha conocido un miedo superior a cualquier otro».

Ustedes hacen parte de un gran andamiaje que trasciende fronteras, tienen sus poderosos aliados nacionales y extranjeros, agencias civiles y militares gringas, europeas y judías sionistas que los preparan, los acondicionan, los “educan”, les “enseñan” que los enemigos son los que no obedecen y aquellos que se quejan demasiado, y hablan demasiado de la posibilidad de hacer de Colombia un mejor país, con la insolencia de que piensan que los recursos naturales también son de ellos; a ellos, por ellos, y contra ellos se le debe aplicar todo el peso de la “ley”, porque son ¡enemigos de la patria!.

Me he preguntado, será que los militares y policías no se ponen colorados cuando escuchan a un gringo o un sionista decirles en sus propias narices “hay que defender la patria y las instituciones”, seguramente yo miraría sus caras de cipayos y no contendría la risa nerviosa de vergüenza, sentiría pena ajena al ver cómo se tragan ese sapo sin chistar y haciéndose los huevones.

¡Todo por la plata! ar.

Pero lo que mas me emociona y conmociona, es que las elites colombianas se preocupen sobre manera por sus soldados y sus policías para que después de sacrificados no vayan al infierno, en el circo no pueden faltar los púlpitos, las iglesias, las confesiones, todos detrás de su presa macho machote, no es gratuito ni espontáneo que los cuarteles, las armas, los aviones y helicópteros, las fabricas de municiones, las bombas de racimo, las napalm, las lacrimógenas sean bendecidas por sus curas, capellanes, pastores, proxenetas de la caridad, mimetizados e incrustados en este bien estructurado aparato del odio y engaño uniformado. Tanta diversidad de credos que posan de ser tan diferentes unos de otros, para que no quede nadie por fuera del sainete, de repente todos mágicamente y herméticamente unidos. Si todos los dioses coinciden con ustedes: Tienen los mismos enemigos, que raro, no les parece.

Ello si es asombroso, pero para un elemental entendedor, de lo que se trata es de legalizar la guerra sucia y ayudarles a exorcizar las culpas por las atrocidades cometidas contra sus enemigos, los comunitas o como los quieran llamar.

El patriotismo

Resulta obvio que el sistema al que Ustedes llegan desde que se hacen militares y entran como cadetes o soldados o policías rasos ya esta envenenado y ustedes ni se dieron cuenta, el veneno es el equivalente al patriotismo que misteriosamente significa estar a favor de unos y a actuar en contra de otros, ojala ese patriotismo estuviese explicado racionalmente.

¿Que es la patria para un desarropado o los 10 millones y más de colombianos que han emigrado buscando el sustento?, ¿que es la justicia para un excluido, que es el progreso para un analfabeto, que es la tierra para un campesino sin ella? ¡Su propia negación!, la diferencia es que quien posee en exceso, siempre se asocia y cogobierna con los que persiguen los mismo. La patria de las elites y los cuarteles es eso, hacerse diferente del carente y solazarse con sus penurias, entre tanto se conduele hipócritamente para la foto en público, con modales civilistas y democrateros. Su única patria es la sobrevivencia y el anzuelo de los privilegios.

Piensen y vera que da risa el patriotismo de los banqueros: Sarmiento Angulo, de los industriales: Ardila Lule, Julio Mario Santo domingo y de los mega contratistas Uribistas y otros, multimillonarios en 8 años de infortunio para el pueblo con la famosa seguridad democrática, termino patético y cínico, producido en la escuelas del engaño y la muerte. Para ellos con toda seguridad, la patria es la holgura con que puedan explotar “democráticamente” a los trabajadores, y la “seguridad”, deviene de ustedes, de su abnegación y obediencia, ahí termina su patriotismo. Basta con que impongamos leyes justas y democráticas, y sus capitales saldrán como peste a buscar su verdadera patria, su patria itinerante, la única que conocen, donde fluyan sus negocios en tranquilidad y con seguridad. Solamente conocen la semiología de la patria mientras puedan saquearla y subastarla a sus alter egos o amos a precios de huevo siempre y cuando les den las migajas o su equivalente en millones de dólares. Es la maldición de malinche, humilde con sus amos pero sátrapas con sus pueblos.

Volviendo a John Steinbeck

“Siempre me pareció extraño que las cosas que admiramos en los hombres, la bondad y la generosidad, la franqueza, la honestidad, la comprensión y el sentimiento acompañan al fracaso en nuestro sistema. Y esos rasgos que detestamos, sordidez, codicia, ambición, mezquindad, egoísmo, interés personal, son los rasgos del éxito. Y mientras los hombres admiran la calidad de las primeras, les gusta el producto de la segunda”

A ustedes los “envalentonan” para defender las llamadas instituciones patrias, vaya que paradoja, hechas bajo la horma del zapato de los multimillonarios y las trasnacionales europeas, norteamericanas y sionistas, ¿no se dan cuenta que ustedes no defienden instituciones para la vida y la paz, sino defienden un régimen construido sobre la muerte?

No es extraño, que un país donde todo el mundo protesta y aguanta y hasta se hace matar por un pequeño logro o derecho, por miserable que sea, a Ustedes los tengan disponibles como carne humana en cualquier circunstancia, para reprimir y defender esas instituciones de bolsillo de una elite que odia a este pueblo. Nada hay de inteligente que actúen en contra de quién reclama.
Analicen el espejo de Egipto con la salida de Mubarak, los militares ganaron alguna legitimidad desconectándose del sátrapa o Mesías, así hayan pelechado bajo su régimen, no les quedaba otro camino mas que socarronamente deliberar y aliarse tácitamente con el pueblo, para defender parte de su pellejo.

¿Cuándo ustedes han acompañado una lucha social, cuándo han defendido un valor universal como derecho de quienes lo exigen, después del general Simon Bolívar y el general Rafael Uribe Uribe, asesinados por tener convicciones propias, ¿cuándo ustedes han defendido el derecho a la paz por encima del derecho a la guerra. Acaso no sopesan la intencionalidad perversa de un régimen que enterró la gesta de Simon Bolívar como si nunca hubiese existido; no se dan cuenta acaso que hoy ese mismo Bolívar es un huracán que ha vuelto para quedarse, y que siendo un militar como ustedes haya trascendido generaciones por su inteligencia, lealtad a sus convicciones y compromiso con los mas pobres, mientras ustedes lo autocensuran como borregos, eso no es de militares dignos y patriotas.
Así no estén de acuerdo con él, por que desaparecerlo y reducirlo a estatuas en plazas mientras exaltan a Santander como el hombre de las leyes, necesitaban su antitesis, cuando fue un burdo negociante, que su única virtud se redujo a conspirar todo el tiempo contra Bolívar para asesinarlo, mientras su verdadero interés eran sus negocios.
Bolívar fue un general de hombres libres, que las mentes inteligentes y desprejuiciadas jamás dejaran olvidar. A esa casta de desnacionalizados de ayer y de hoy, lo único que les preocupa es que este pueblo, incluyéndolos a ustedes conozcan el sentido de sus luchas.

Hoy ustedes lo palpan, Colombia es un burdel de latrocinios de inequidades e injusticias que ofenden la razón, ¿No se percatan que los clubes de militares son un señuelo exclusivo de oficiales con mando de tropa, quienes son premiados por su capacidad de entregar su vida para favorecer a una casta de vulgares genocidas de adentro y afuera, dar su vida por una causa que no es la suya y que jamás será explicada por quienes de verdad se benefician, y que hacen parte de la reflexión en este panfleto, puesto que así lo llamaran para quitarle su valor?.
Esos lugares indignos y miserables para alienados intentan paliar las miserias de la guerra para que lleven a sus familias y mostrarse como héroes de una causa que mas que honor, a la luz de la inteligencia humana deberían avergonzarlos, que sentido tienen esos lugares donde la mayoría de los que no ponen el pellejo, disponen de los recursos públicos a su antojo, para socializar sus heroicas hazañas de mantener una guerra contra el mismo pueblo con centenares de muertos colombianos de lado y lado.

No olviden que en los albores del 2011 una nueva cualidad de la guerra esta surgiendo producto de las tensiones internas de la sociedad y poco a poco va envolviendo con sus embates a aquellos que han hecho de ella una forma de vida.

Esta Colombia, carente de ciudadanos libres e iguales, quienes nunca hemos conocido qué es la democracia ni sentido un país que nos proteja y nos dignifique; carentes de escenarios para el debate inteligente y democrático, y mucho menos sin que medie el miedo, el látigo, la bayoneta y la guillotina, me niego a creer que en las fuerzas militares no hayan expresiones sensatas que piensen que el destino de Colombia por siempre no puede ser el de matarnos buscando justicia y otros buscando gobernabilidad.

Compatriotas de la fuerza pública, la obediencia como espíritu de cuerpo debe estar sustentada en principios, legítimos y soberanos emanados de la voluntad popular, es decir su origen es humano y no divino; es material y no ideal; su inobservancia los degrada a ustedes como seres humanos pensantes, es antidemocrático y corrosivo el cáncer de la obediencia ciega emanada de la ausencia de deliberaciones siquiera académicas sobre problemas colombianos que se puedan resolver por la vía del dialogo democrático.
Tampoco ustedes se salvaran del juicio de la historia delegando la muerte en sus paracos y bandas criminales, como lo han hecho, detrás de las cuales no se podrán mimetizar. Es irracional y estúpido creer que el pensamiento y las ideas desestabiliza la cadena de mando; que tiene de democrático aquello, sin la comprensión del conflicto en su epistemología y hermenéutica, cómo garantizaran su cohesión a futuro con respecto a la profundización de la guerra. Privilegiar la fuerza a la razón Per se, es el equivalente a entregar la soberanía de la inteligencia humana para subsumirse en el escabroso y sinuoso mundo del clon útil al perverso y deshumanizado, emparentado con los robot o las armas “inteligentes” con sus drones de muerte, ese mundo feliz de Aldous Huxley, nada tiene que ver con el futuro de nuestro país.

Los espurios privilegios de las fuerzas militares, serán mañana su condena, como creerse que se pertenece a una nueva clase social irreal, así hayan nuevos ricos en su seno, por el hecho de actuar, comportarse y asociarse a las mafias organizadas de todas las pelambres que corroen a miles de militares y policías, mientras se navega sobre un lodazal de miserias, si todos merecemos vivir en mejores condiciones pero para ello habrá mejores caminos, ninguno signado por la muerte.

Ustedes no están ganando ninguna guerra, el país las ha perdido todas, pero aun la pueden ganar y yo me adhiero a ustedes fervientemente, vestiría con orgullo cualquier uniforme militar colombiano cuando ustedes se opongan a ella, cuando tomen partido por la vida por encima de las mezquindades terrenales furtivas y banales, cuando vean mas allá de la frontera de lo que hoy llaman correcto y se encuentren con el camino de lo lógico y contradictorio y se den cuenta que la historia del pueblo los contiene a ustedes y que ustedes solo se deben a el.

Se ganaría la guerra muchísimo mas rápido y contundente cuando a los que viven de ella en el sentido estricto se les conmine a ir al campo de batalla para que defiendan lo suyo, para verlos llorar como los mas cobardes de los cobardes, a la hora de enfrentar a sus enemigos, cuando vean a sus periodistas, analistas, manipuladores y guerreristas de escritorio incrustados, titiritar de horror pidiéndoles a ustedes que los vayan a rescatar, esos mismos que tanto los han azuzado para que sean eficientes, con su fusil engatillado y podrido con su propio estiércol envenenado de sus miserias y sus mentiras. Cuando los hijos de los expresidentes, políticos, los industriales, los comerciantes, terratenientes, los especuladores de cuanta mafia existan les toque defender lo que ellos decían defender por intermedio de ustedes; se darán cuenta que a las primeras de cambio correrán como ratas despavoridas buscando que los lleven a Miami, llorando por sus propiedades sus acciones y negociados.

Solo así ustedes ganaran la guerra y restablecerán el honor y el respeto por el pueblo. Pero lo mas importante es que se darán cuenta que sus enemigos no eran sus enemigos, se les reconocerá su valor y coraje junto al pueblo y seguramente muchos sueños de unos y otros coincidirán en una gigantesca vorágine que descubrirá sentidos, aniquilara odios para conformar un puño libertario para un nuevo país digno, soberano para que por fin sintamos que tenemos un lugar al que pertenecemos.

Jaime A. Moreno

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