LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

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Canciones de Combate

miércoles, 21 de julio de 2010

¿Que hay detrás de la pelea entre Chucky Santos y el gamonal Uribe?


ANNCOL
 
En la política gringa como en toda realidad, también hay contradicciones. Durante muchos años nos han vendido a los “latinos” la imagen de que en el Pentágono  hay dos animalitos, una paloma pacífica y un halcón guerrero, que se disputan la orientación política del complejo militar industrial y financiero de los EE UU.
 
Es decir que toda la política del Imperio gira alrededor del circulo paz / guerra. Sin embargo, esta simpleza no es sino una parte de todo el nudo complejo de intereses y  múltiples contradicciones que se mueven al interior de la vida política de los EEUU y sus aliados europeos o asiáticos, y que no son dados a conocer públicamente. Este es el caso de lo que acontece en nuestra linda Colombia.
 
Aparentemente hay un sector del partido republicano gringo liderado por la familia petrolera Bush y un sector de halcones guerreristas del Pentágono, cuyo vocero en Colombia es el embajador gringo en Bogotá, que apoyan irrestrictamente a Uribe Vélez y siguen creyendo que es “nuestro mejor hijueputa en la región”.
 
Lo seguirán apoyando indefinidamente y harán lo posible y lo imposible para que  junto con su pandilla cercana, siga conservando su poder personal y no sea juzgado internacionalmente por sus crímenes de lesa humanidad, denunciados en la Corte Penal Internacional.
 
Ese sector se apoya dentro de Colombia, principalmente en el generalato militarista que domina en la fuerza pública, entrenados en guerra contrainsurgente en la Escuelas de las Américas. También en la alianza oligárquica fraguada en las ultimas décadas entre la  burguesía lumpen (narco paramilitar) con los terratenientes ganaderos antiguos y nuevos, los dueños de los ingenios azucareros, palmicultores de todo el país, los intermediarios de la gran minería, y algunos banqueros y financieros amigos de Uribe, todos estrechamente vinculados al el modelo agro-minero-exportador que se impuso en Colombia y quienes se han lucrado abundantemente  de la guerra interna colombiana.
 
A este grupo se le debe añadir el empresariado Español inversionista en Colombia y el grupo empresarial del partido popular de de Aznar, para quienes una solución civilizada del conflicto armado colombiano equivale a no seguir lucrándose con las exportaciones de armas y demás negocios militares que tienen, y seguir beneficiándose con la manipulación política de la guerra colombiana. A todos los anteriormente citados les interesa que el conflicto colombiano continúe indefinidamente y sin solución.
 
Pero también hay un sector dentro de la política del Imperio que sin descuidar los  intereses generales y geoestratégicos  “globales”  del complejo militar financiero; si son un poco “más realistas” con respecto a los verdaderos logros alcanzados con los diferentes planes militares y financieros, especialmente ahora en medio de la gran crisis financiera por la que atraviesa la economía imperialistas actual.
 
Es el sector liderado por la familia Clinton dentro del partido demócrata, que logró ganar las elecciones presidenciales con Obama, en contra del amigo de Uribe, el ultrarreaccionario veterano de Vietnam Mac Caine. No son ningunos demócratas ni humanistas. Simplemente son “más realistas” y están enfrentados a la realidad de hacer ajustes militares y financieros en los planes geo estratégicos de dominación imperialista mundial. No es necesidad de irnos lejos a  analizar los “ajustes”  en las guerras Imperialistas del Asia.  
 
 Basta con ir al  subcontinente americano:  Por ejemplo, se han dado cuenta que el chantaje político de la “amenaza narco-terrorista” se agotó como fórmula de dominación ideológica en America y en especial en Colombia. Que los EEUU han desarrollado en la región dos guerras ineficaces: Una  la de las drogas y otra la contra guerrillera, mezcladas y superpuestas, sin haber logrado en 12  años los resultados definitivos y eficientes  que se anunciaron a todo timbal en los planes militares originales.
 
Esta manera de ajustar las cosas, ha ganado cierta simpatía en algunos sectores del empresariado colombiano y sectores de la oligarquía colombiana tradicionalmente muy ligada a los intereses gringos como la familia Santos. Ellos también ven de acuerdo con el sector gobernante en los EEUU, que es necesario hacer “ajustes inmediatos”. Y para eso necesitan presentarlos bajo la expectativa novedosa de un gran cambio. Casi una revolución, cuando de verdad lo que está en marcha no es sino un simple maquillaje y lavado de manos,  para continuar con la dominación y la explotación de una manera más educada, pero talvez más sanguinaria.
 
Necesitan un respiro económico y han empezado a reconsiderar su política de apoyo irrestricto a los métodos mafiosos, ilegales y lumpenescos de Uribe Vélez y de los cuales el país está hastiado, porque necesitan urgentemente, casi como el oxigeno, el restablecimiento de las relaciones comerciales con Venezuela y Ecuador, y acercarse prontamente a Brasil y al Mercosur, para sobrevivir en medio de las turbulencias económicas y financieras de la crisis  global del imperialismo actual. No es por humanitarismo diplomático. Es que les toca para evitar la quiebra y la miseria a la que están llegando en su aislamiento.   
 
Esta es, a grandes rasgos, la realidad contradictoria que está moviendo el aparente choque de estilos personales y de gobierno, entre el “nuevo pero viejo”  presidente de Colombia Juan Manuel Santos (a quien  a estas alturas nadie sabe si lo van a dejar posesionar) y Uribe Vélez que como burro viejo resabiado, se resiste a salir del corral.  
 
En la contra parte popular; cualquier acción de la Unidad Popular y Democrática para enfrentar en la calle a la “novedad-vieja” de La Unidad Nacional Santista, deberá partir de tener en cuenta el análisis concreto de la situación concreta del desarrollo de la lucha de clases en Colombia, junto con todas esta serie de contradicciones, para salir definitivamente del estado de pasividad y pasmo en el que se encuentra.
 
¡Cómo hacen de falta hoy los 4.000 cuadros de la Unión Patriótica, que el Imperialismo, el militarismo y la oligarquía colombiana unidos, exterminaron  preventivamente hace 20 años, para evitar con tanta anticipación que se diera lo que estamos  presenciando!

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